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Es muy difícil encontrar materiales adecuados a la enseñanza de sordos. Por eso, hago muchos de mis propios materias didácticas. Estoy poniendo varios de ellos en un grupo de yahoo! que se encuentra en www. maestra de sordos @ yahoo. com (quita los espacios.) Todos tienen derechos creative commons, y te los permito usar y adaptar, pero no vender.

Si quiere ser parte del grupo,
mandame un mensaje a maestradesordos-subscribe @yahoogroups.com (quita los espacios).

Este niño no puede aprender

¡¿Cuántas veces escucho eso de maestras de sordos?! Si lo piensa bien, si el niño ha llegado a su aula, ya ha aprendido algo. Tal vez no va a aprender tan rápido como otros, o las mismas cosas. Pero seguro que hay algo que le puede enseñar, que le serviré en su vida. Y puede ser que vaya a aprender más que Ud. puede imaginar.

Tengo una niña en mi clase, que al llegar, estaba como un zombi. Se sentía, sin ánimo, como uno que está media dormida o muy cansada. No tenía nada de expresión en la cara. No parecia que podía hacer nada de lo normal. Dió la impresión de una niña severamente atrasada, con problemas mentales. No parecía entender nada de nuestras comunicaciones hacía ella.

A veces buscaba materiales para botarlos por todas partes, haciendo un regero. Eso fue la única actividad que le interesaba. La cosa más mínima, no sabía hacer. No pudo hacer una rompecabeza de tres pedazos al nivel de un bebé. Su comunicación expresiva era casí en cero. Digo casí, porque todos los niños se expresan de una forma u otra con sus acciones. Al ponerle a colorear, no miraba el papel, ni sabía hasta rayarlo sóla.

Realmente, no estaba segura de su problema. Pero sabía que podía aprender algo. Ella reconocía la gente que le buscaba cada día, y sabía que ella tenía que llevar su mochilla al irse. Eso sólo me dió la esperanza. Si fuera posíble aprender esas dos cosas, fuera posible aprender otras.

Dí cuena que los otros adultos en el aula, ya no creían que iba a aprender. Pues, por esa razón, no intentaron a enseñarla, y en general, la dejaba sóla, y enseñaban a otros. En su favor, no era por maldad. Simplemente no habían visto una niña así, y no pensaban que había ninguna esperanza. Y ella no era única. Habían tres más niños con problemas serias, que de modo similar, tampoco hizieron cosas sencillas normales, y no pudieron participar en una clase dado por la maestra.

¿Qué debemos hacer? Dejarlos como si fueron en una guardaría? ¿Aceptar que no pudieron aprender? ¡No! Vamos a empezar con cosas muy fáciles. Conseguí algunos juguetes simples de bebé. Los niños tenían 5, 8, y 9 años, pero no pudieron usar correctamente un juguete hecho para la edad de 6 meses en adelante.

Pero podemos empezar. No le puedo dar a Ud. todos los pasos que seguimos. Sólamente le puedo decir, que enseñamos paso a paso, y poco a poco, en incrementos de cinco minutos o menos. Es necesario atraer la atención primero que nada. Los colores brillantes de los juguetes, les llamaba la atención mejor que una pizarra con tiza blanca, o un cuaderno con lápiz. Eran algo que pudieron tocar y disfrutar. Queremos siempre ver si el niño juega con el juguete de su propia forma forma. Estos niños no sabían ni jugar. Lo enseñamos como jugar, y aprendieron a disfrutar. Al principio, no tenían mucha interés en los objectos, y los dejaron de una vez. Pero poco a poco, demonstrando como se podría manipularlos, se interesaban, y querían intentarlo por si mismo. Al fracasar, dejaron interés, y tuvimos que animarlos de nuevo. Tratamos de darle pasos tan pequeños que pudieron lograr éxito de una vez. Presentamos trabajo más y más difícil, cuando lograron hacer los pasos primeros. Hacemos más largo el tiempo de atención, gradualmente.

Después de varias semanas, los niños empezaron a interesar en lo que hacían la clase. Cuando ponemos las sillas en circulo, para hacer una actividad, simpre le invitamos a ellos, pero no los obligamos en este etapa. Empezamos a verlos traer su propia silla al circulo y a intentar a participar.

Aunque el trabajo era demasiado difícil para ellos, tratamos de siempre involucralos de una forma u otra. Si contamos alrededor del circulo, por ejemplo, cuando le llega su turno, el niño al lado le ayudaba formar el número con su mano, si quería.

Enseñar por pedacitos

Las cosas que no sabe el niño sordo son muchas. La gran mayoría de lo que aprendemos viene através de los ojos y los oidos. Los sordos, faltando oir bien, muchas veces malentienden hasta lo que ven, porque no hay un adulto para explicarselos, como tienen niños oyentes.

Por ejemplo, un sordo mayor, me dijo que cuando era niño, el veía los barcos y los aviones que se fueron de su isla. Al desaparecer, pensaba que se había muerto todo el mundo.

Un sordo mayor expresó sorpresa cuando yo le hablé de botar agua de tanque que estaba llena de larva y pupa de mosquito. El no tenía idea que se iban a convertir en mosquitos, ¡y eso en un país que tenga problemas de malaria y dengue!

Enseñando a sordos, debemos empezar en cero. Si resulta que ya saben algo, es fácil brincar más adelante. Lamentablemente, muchos empiezen donde empezarián con un niño oyente, brincando o omitiendo información fundamental.

Le doy un ejemplo. Cuando los niños de mi aula querían usar marcadores, yo simplemente los puse en la mesa, y ellos los usaron como querrían. Después de pocos días, ví que ya habían perdido los tapes, y habían varias marcadores secos. No era simplemente descuidar. Ellos no sabían el efecto de dejarlo sin tapa. Nadie les había explicado, y no tenían experiencia previa.

Ahora, cuando yo empiezo con un grupo, yo empiezo en cero. Yo le muestre el marcador. Yo explico como se quita la tapa, y que puede ponerla atrás del marcador para no perderlo. Yo paso una marcadora alrededor, dejando que cada niño lo abre y lo tapa. Les explico que si no la tapan, se seca, y les muestro uno seco, y muestro como no sirve ya. Yo les explico y muestro, cuando es mejor usar crayolas, y cuando mejor marcadores. Yo demuestro como uno no debe poner demasiado tinta en un sólo lugar, para no pasar por la página. Después, cuano los están usado las primeras veces, yo paso entre los estudiantes, felicitando los que están usandolas correctamente, y recordando los demás como se usa, para que desde el principio desarrollan buenas costumbres.

Otro ejemplo de porque debemos empezar en cero. A veces mis estudiantes son del campo, o de familias pobres que no tienen un cuarto de baño formal. No han usado nunca un inodóro. Cuando instalamos un inodóro primera vez en la escuela, el primer día, rompieron la tapa del tanque. Dentro de cuatro días, habían roto la palanca de bajar también. Basicamente, ¡acabaron con un inodóro nuevo dentro de cuatro días! Después de eso tuvimos que bajarlo jalando una cuerda que arreglo un señor que trabajaba allá, con una tapa improvisada y fea de madera.

Yo entiendo ahora que eran simplemente curiosos. Querían ver como funcionaba el inodóro, y era su primera oportunidad de explorarlo. Pues, ahora, cuando tengo niños que no lo conocen, yo los llevo al baño y destapo el tanque atrás, dejandolos ver los adentros. Les explico como funciona todo, y como mantenerlo sin dañar. No he perdido otro tapa desde entonces, ni se ha dañado una palanca.

Yo explico las cosas más mínimas al principio. Por ejemplo, tenemos un juego de baraja. A los niños le gustan este juego. Pero no están acostumbrado, por falta de enseñaza en casa, a cuidar a los materiales. Si les dejo jugar, sin enseñarles, dentro de dos o tres días, no habrán suficiente baraja para jugar. Los muestro como abir el cartón, y lo paso, pidiendo que cada uno lo abre y lo cierre. Si piensa que es exagerado, le aseguro que no lo es. Perdí varias cartones antes que aprender esta lección. Si no los enseña, alguien va a romper el cartón para abrirlo. Después, yo lo muestro como nosotros, habiendo terminado nuestro juego, vamos a buscar por todos lados, hasta en el piso y en las sillas, para averiguar que no hemos dejado ninguna baraja afuera.

Después entramos la baraja, y guardamos el paquete en su lugar. En todo, les estoy explicando el porque. (Mañana al buscar, sabemos donde van a estar. Porque guardamos todos, podemos jugar otra vez, etc.)

Este es un principio que se puede aplicar en toda la enseñaza. En cualquier momento, que ve que hay algo demasiado confuso o difícil para la clase, rompelo en pedacitos, ponlo en pasos más fáciles.

Vamos a imaginar que empiezo a dar una conjugacíon de un verbo, por primera vez. Los estudiantes realmente no lo entienden bien. Okay, vamos a ver. ¿Qué necesitan saber primero? Bueno, deben saber los pronombres personales. Si no los saben, nuncan van a poder entender conjugar verbos, aunque pueden memorizar sin entender. A propósito, muchos no saben los pronombres bien, cuando los maestros piensan que si, pues, sería bien averiguarlo primero.

Okay, ahora vamos a decir que enseñamos los pronombres y los saben bien. Okay, entonces, vamos a usar los dos más comunes--tú y yo. Empezamos practicando con muchos frases repetidos usando el verbo con tú y yo. Después podemos, poco a poco, añadir otros pronombres.

Ej. Yo voy a la iglesia. Yo voy a la escuela. Yo voy a la oficina. Tú vas a la iglesia. Tú vas a la escuela. Tú vas a la oficina.

A mi, siempre me gusta ponerles a escribir una frase original, para mostrar que realmente han aprendido la forma. Si su frase original es algo como Tú voy a la escuela, o no pueden escribir uno, yo entiendo que necesitan más practica.

En toda su enseñanza, recuerda, empieza en cero, y llega rápida al nivel del niño, sea cero o más adelante. Al punto que el niño no entiende, vaya para atrás, y poner ese parte malentendido en pasos más pequeños que no asuste al estudiante, y que le parece posible.